Preguntas frecuentes acerca de los mercados de carbono

1. ¿Qué son los mercados de carbono y cuáles son sus objetivos?

Mediante el Protocolo de Kioto, adoptado en noviembre de 1997, 37 países industrializados y la Unión Europea se comprometieron a reducir como mínimo un 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre 2008 y 2012, tomando como base las emisiones de 1990.

Para ello idearon los “bonos de carbono”, también llamados “certificados de reducción de emisiones”, (en inglés Certified Emission Reduction) (CER). Estos bonos de carbono son similares a otros bonos que se negocian en los mercados, pero con ciertas regulaciones y mecanismos propios en mercados de carbono regionales, nacionales o internacionales. La idea de su creación fue incentivar, en vez de obligar, a los diferentes actores para estabilizar y disminuir sus emisiones de GEI.

El objetivo de los mercados de carbono estaba supuesto a reducir las emisiones de dióxido de carbono a nivel global. Al comienzo, los bonos fueron distribuidos entre las principales industrias emisoras de GEI, obligadas por ley a emitir una cantidad igual o menor a los bonos entregados.

Los bonos podían ser vendidos y comprados en los mercados de carbono, según las necesidades del emisor. De este modo, si una empresa no consumía sus bonos de carbono podía venderlos en el mercado, donde otra empresa las compraba para poder sobrepasar sus emisiones de GEI.

Por otra parte, si un país en vías de desarrollo realiza acciones sostenibles, como la construcción de un parque eólico, instalación o producción de paneles solares o reforestación de un bosque, puede vender un «crédito» a un país desarrollado, que las contabiliza para cubrir sus emisiones excedentarias de GEI.

Cada bono de carbono, por lo general, equivale a una tonelada de CO2 emitida, pero dependiendo del tipo de GEI se puede estipular en una cantidad diferente.

Lectura recomendada: De Kioto a París, historia de dos acuerdos climáticos

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