El río Amazonas y sus mil afluentes conforman la cuenca hidrográfica más grande y poderosa del planeta. Gracias a esta enorme extensión de aguas, humedales y zonas pantanosas pudo desarrollarse durante millones de años la selva del Amazonas, llamado el pulmón del mundo. Este maravilloso sistema es rico en biodiversidad, con millones de vidas de todas las formas, tamaños, colores y locomociones posibles. El sistema Amazonas es una auténtica fábrica de nubes que no solo riegan la propia selva sino toda la cordillera andina, la pampa argentina y cantidad de zonas lejanas, gracias a la extensa vegetación y la fuerza y velocidad de los vientos.

Datos del río Amazonas

Es el río más largo y caudaloso del mundo
Posee siete mil kilómetros de longitud
Su ancho es entre 1.6 y 10 km
En épocas lluviosas hasta 48 km+
Tiene entre 15 a 20 % del agua dulce del mundo
El delta del Amazonas mide 240 km de ancho
En el Amazonas confluyen más de 1000 ríos
25 de ellos superan los 1000 km de longitud
En la mayor parte la pendiente es sumamente baja.
Entre Iquitos y el delta (3646 km) apenas desciende 10,6 cm. Debido a ello en este extenso tramo el río es muy lento y abundante en curvaturas.

La sequía, el gran desafío

La NASA ha revelado una reducción generalizada en el verdor de los bosques del Amazonas que sobrepasa 1.5 millones de kilómetros cuadrados.

La desertificación y el secado de los afluentes del río Amazonas van de la mano. Representan uno de los mayores desafíos que le tocará enfrentar a la humanidad desde ahora mismo. La desertificación, la escasez de agua, la desaparición de la humedad de la selva y sus alrededores, la pérdida de cosechas y las hambrunas consecuentes son temas tan importantes y peligrosos como el deshielo de los glaciares y la subida del nivel de los mares.

Causas y consecuencias de la sequía

La tala de árboles para satisfacer los mercados madereros, siembras de aceite de soja y palma de aceite, agricultura extensiva, ganadería, explotación petrolera, oleoductos, gasoductos, construcción de carreteras y caminos hacia nuevos espacios de explotación, represas hidroeléctricas y la urbanización. Todo esto afecta a la Amazonia y va disminuyendo el caudal de agua de sus ríos, afectando los ecosistemas de la mayor biodiversidad del mundo, con consecuencias incalculables.

Si no se detiene la deforestación de la selva, la sequía global sería indetenible y tocará nuestras puertas antes de que lo haga el propio deshielo. En la medida que el cambio climático se vaya incrementando, los eventos de El Niño serán más frecuentes, por lo que la Cuenca del Amazonas perderá su capacidad de recuperación entre estos eventos.