Hay que tener muy en claro la diferencia entre estos tres fenómenos de la Tierra, aunque están tan estrechamente relacionados entre sí que es casi imposible hablar de uno de ellos sin mencionar a los otros dos. Estas condiciones naturales de nuestro planeta, existentes desde hace millones de años, están unidas a otras características como la distancia al sol, diámetro, gravedad, velocidad de rotación y traslación, y sus casi tres cuartas partes formadas por océanos. Este conjunto de condiciones confluyeron en una explosión vital que dio origen a una inmensa y exuberante biodiversidad, por ahora incomparable con ningún otro planeta.

El calentamiento global

El calentamiento global natural se debe al efecto invernadero natural de nuestra atmósfera. Los rayos solares llegan del espacio, rebotan en la superficie del planeta e intentan escapar de nuevo al cosmos, pero una parte es atrapada por algunos gases de la atmósfera, siendo el dióxido de carbono (CO2) el que tiene un mayor rol entre ellos. Si no fuera por este fenómeno la temperatura media de la Tierra estaría en unos 33 °C menos del actual, en un promedio de 18 °C bajo cero. Sería un planeta helado, probablemente deshabitado como la mayoría de los otros del Sistema Solar o cuando menos no apto para la vida tal como la conocemos.

Hoy día, cuando hablamos de calentamiento global, cambio climático o efecto invernadero, nos referimos a fenómenos actuales, de causa antropogénica. La mayor parte del incremento de la temperatura mundial se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), producto de la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles provenientes del tráfico automotor, la industria y las plantas generadoras de electricidad.

Pero también existen otros factores, como los incendios forestales y deforestación de los bosques, los cuales  eliminan sumideros de carbono, producto de la disminución de extracción de CO2 de la atmósfera y el almacenamiento de carbono en las hojas, troncos y raíces de los árboles y otras plantas. La industria de la ganadería es responsable de las emisiones de metano. La agricultura extensiva, mediante el uso intensivo de fertilizantes, causa las emisiones de óxido nitroso, un potente GEI.

El calentamiento global antropogénico es la variación de la temperatura global, vinculada a la Revolución Industrial, específicamente a 1750, año de comparación de las mediciones de temperaturas en cualquier época. El CO2 presente en la atmósfera se mide en PPM de CO2 (partes por millón de CO2 equivalente). Esta denominación significa que gases de efecto invernadero como el metano, el óxido nitroso y otros se han reducido a unidades de CO2 equivalentes, por razones prácticas.

En 1750 el CO2 se hallaba en 280 PPM, en 1972 se encontraba en 330 PPM, en 1992 en 360 PPM. La marca psicológica de 400 PPM se quebró en 2016 y desde entonces ha subido a 415 PPM, cifra proporcionada por el Observatorio de Mauna Loa (Hawái), (19-05-2019). El nivel de 400 PPM no se había alcanzado desde hace tres millones de años. Por tanto, no hay duda de que los humanos somos los causantes del constante incremento de la temperatura de nuestro planeta. Tampoco quedan dudas de que si no se toman medidas, los PPM de CO2 y la temperatura seguirán subiendo, comprometiendo la vida en la Tierra.

El efecto invernadero

El efecto invernadero natural es un fenómeno que permite mantener temperaturas en un rango bastante uniforme en la Tierra, gracias a las características especiales de nuestra atmósfera. Los rayos solares llegan del espacio, rebotan en la superficie terrestre e intentan escapar de nuevo al cosmos, pero una parte es retenida en las capas atmosféricas. Como consecuencia se produce el fenómeno del calentamiento global natural, imprescindible para la vida.

La composición de la atmósfera terrestre es de 78% de nitrógeno y 21% de oxígeno. Apenas el 1% restante está formado por otros gases, incluidos los gases de efecto invernadero (GEI), de los cuales los principales son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y el ozono (O3).

El CO2 representa apenas el 0,04% del total de gases de la atmósfera, pero con tan exigua cantidad ha sido el responsable de mantener la vida en la Tierra. Su participación en la atmósfera, aunque es muy baja, es muy sensible a modificar la temperatura del planeta. Un añadido mínimo de CO2 provoca el incremento del efecto invernadero y produce un calentamiento extra en la superficie de la Tierra. El CO2, además, se caracteriza por su fuerte fijación en la atmósfera, donde puede tardar más de mil años en ser eliminado.

El cambio climático

El cambio climático es un fenómeno complejo, consecuencia del calentamiento global, que abarca toda la Tierra, afectando la vida que se desarrolla en ella. El incremento permanente de la temperatura promedio del planeta está produciendo una serie de alteraciones importantes en el medioambiente, muchas de ellas irreversibles a mediano plazo.

Entre estos fenómenos podemos considerar la descongelación de glaciares y hielos polares, incremento del nivel de mares y océanos, inundaciones catastróficas, grandes incendios de vegetación, huracanes inusuales, tornados más frecuentes y devastadores, desaparición de ríos, incremento de sequías, desertificación de los suelos, escasez de agua potable, pérdida de cosechas, escasez de alimentos, hambrunas, migraciones masivas, falta de agua y alimentos para los animales, deterioro de la barrera de coral, y muchos otros fenómenos, algunos hasta invisibles al ojo humano.

Los 10 mayores países emisores de GEI

Los países más industrializados son los mayores contaminadores, en este orden: China 28.21%, Estados Unidos 15.99%, India 6.24%, Rusia 4.53%, Japón 3.67%, Alemania 2.23%, Corea del Sur 1.75%, Irán 1.72%, Canadá 1.71%, Arabia Saudita 1.56%

El Acuerdo de París

El Acuerdo de París es un ambicioso convenio mundial para luchar contra el cambio climático, negociado durante la COP21, París 2015. El objetivo central del documento es la limitación del aumento de la temperatura mundial a 2 °C, preferiblemente a 1.5 ºC, mediante la disminución de emisiones de GEI, provocadas por combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón, los cuales al quemarse liberan CO2 a la atmósfera. Mediante la premisa “Cero combustibles fósiles”, se pretende sustituir éstas por energías renovables, alternativas o limpias. También incluye recomendaciones para alcanzar un desarrollo sostenible. El Fondo Verde para el Clima ha sido establecido para ayudar a los países en desarrollo a cumplir sus metas en la lucha contra el cambio climático. El Acuerdo de París hace especial énfasis en incrementar la capacidad de mitigación, adaptación y resiliencia para reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático.

Sandor Alejandro Gerendas-Kiss